Llegó la hora de romper el cuadrado. Su rigidez, su estructura, su fría manera que ahoga.
Lo romperé con el grito que vive en mi pecho. Con ese lamento que nace en el silencio y que sube rugiendo y se oye hasta el cielo.
Lo romperé porque ya me hace daño.
Porque aprieta mi tierra, contamina mi fuego, mi sangre, la sabia que fluye en mi adentro.
Lo romperé porque yo soy mi dueña, porque respiro y camino la espiral como quiero.